OIKOS
Nociones, ejercicios y actividades de economía, de primero y segundo de bachiller
lunes, 11 de junio de 2012
miércoles, 6 de junio de 2012
BIBLIOTECA BAHÍA DE ALMERÍA
Nuestra preciosa Biblioteca está aguardando a que os animeis a usarla mucho más y os abre sus puertas: ADELANTE...
lunes, 16 de abril de 2012
16 DE ABRIL DÍA CONTRA LA ESCLAVITUD INFANTIL
Para hacerse idea de la magnitud y gravedad de esta barbaridad que avergüenza a los países de occidente podemos ver un durísimo documental que se llama “Esclavitud infantil en la India”: http://www.ver-documentales.net/esclavitud-infantil-en-la-india/.
En él se muestra como niños son obligados a trabajar durante jornadas interminables atados a sus puestos de explotación, cosiendo o pegando abalorios que serán comercializados en nuestros países, su situación es desesperada.
Dada la abundancia de nacimientos en los lugares en los que se produce la esclavitud, como la India, en el caso del documental, el valor de los niños es muy bajo, ya que se dispone de ellos en abundancia y adultos sin escrúpulos los explotan sin la humanidad que se puede presuponer.
Se celebra hoy, día 16 de abril, en homenaje a un niño paquistaní, Iqbal Masih, que escapó de la esclavitud y ayudando a salvar a otros niños murió el 16 de abril de 1995 victima de las mafias de explotación de su país
LAS OVEJAS DE GLENNKILL (Una historia de misterio)
La siguiente novela a comentar es policíaca, solo que los investigadores del crimen que se comete son ovejas.
Este curioso libro de 320 páginas es de la autora Leonie Swann que crea una trama muy divertida y hasta filosófica, en Alemania, su país natal, fue el quinto libro más vendido en 2006.
Nada más ver el planteamiento me intrigó muchísimo y la leí, nos sitúa en una idílica aldea de Glennkill en la bonita Irlanda rural, por las descripciones recuerda los acantilados inmensos de la película la hija de Ryan, allí un pastor aparece asesinado y su rebaño de ovejas comienza a investigar quién ha podido privarlas de los cuidados de su querido pastor.
El autor se pone por completo en la mentalidad propia de una oveja al hacer deducciones y a mitad de las pesquisas no recuerdan que están haciendo o se ponen a comer hierba.
La novela va decreciendo algo en interés hacía la mitad, pero merece la pena terminarla para saber como acaba todo el asunto y que es de las ovejas después de quedarse sin su pastor, el carnicero del pueblo estaría encantado de poder “cuidarlas”, pero hay otras opciones más saludables para ellas.
Extracto del libro, capítulo 1:
—Ayer estaba sano —dijo Maude. Sus orejas se movían nerviosamente.
—Eso no significa nada —repuso Sir Ritchfield, el carnero más viejo del rebaño—, ya que no ha muerto de enfermedad. Las palas no son ninguna enfermedad.
El pastor yacía junto al establo, cerca del camino, en la verde hierba irlandesa, inmóvil. Una corneja se había posado en su jersey noruego de lana y miraba en su interior con interés profesional. A su lado había un conejo con aire satisfecho. Algo más lejos, cerca del acantilado, se reunía el consejo de ovejas.
Habían conservado la calma al hallar a su pastor esa mañana inusitadamente frío e inerte, y se sentían muy orgullosas de ello. Claro que con el susto inicial habían dado algunos gritos irreflexivos: «Y ahora ¿quién va a traernos heno?» O: «¡Un lobo! ¡Un lobo!» Pero Miss Maple se había ocupado con presteza de que no cundiera el pánico. Explicó que, en cualquier caso, a mediados de verano en los pastos más verdes y ricos de Irlanda sólo un tonto comería heno, y que ni siquiera los lobos más astutos les clavaban a sus víctimas una pala en el cuerpo. Y no cabía duda de que semejante herramienta sobresalía de las vísceras del pastor, humedecidas por el rocío.
Miss Maple era la oveja más lista de todo Glennkill. Algunos incluso afirmaban que era la oveja más lista del mundo. Sin embargo, nadie podía demostrarlo. Bien es cierto que había un concurso anual llamado La Oveja Más Lista de Glennkill, pero precisamente ahí se veía la extraordinaria inteligencia de Maple, pues ésta se negaba a participar en semejantes certámenes. La ganadora, tras recibir una corona de tréboles (que podía devorar a continuación), pasaba varios días de gira por los pubs de las localidades vecinas, donde debía ejecutar de nuevo el número que, lamentablemente, la había hecho merecedora del título, mientras el humo del tabaco le hacía llorar los ojos y la gente la obligaba a beber Guinness hasta no tenerse en pie. Además, a partir de ese momento su pastor la responsabilizaba de todas las diabluras que ocurrieran en los pastos: la más lista siempre era la principal sospechosa.
George Glenn no volvería a hacer responsable de nada a ninguna oveja. Yacía empalado cerca del camino, y sus ovejas deliberaban sobre qué hacer. Se hallaban entre el cielo azul marino y el mar azul cielo, junto al acantilado, donde no llegaba el olor a sangre, y se sentían responsables.
—No era un pastor demasiado bueno —afirmó Heide, que prácticamente seguía siendo un cordero y no podía olvidar que, después del invierno, George le había cortado su prominente rabo.
—Es verdad —dijo Cloud, la oveja más lanuda y vistosa que quepa imaginar—. No apreciaba nuestro trabajo. «Las ovejas noruegas lo hacen mejor, las ovejas noruegas tienen más lana.» Pedía que le enviaran jerséis de ovejas desconocidas de Noruega... Una vergüenza. ¿Qué otro pastor habría ofendido de tal modo a su rebaño?
Se originó una larga discusión entre Heide, Cloud y Mopple the Whale. Este insistía en que, al fin y al cabo, la bondad de un pastor se reflejaba en la cantidad y la calidad del forraje, y a ese respecto no se podía decir nada, absolutamente nada, en contra de George Glenn. Así pues, al final convinieron en que era un buen pastor que jamás había cortado el rabo a ningún cordero, nunca había empleado perro ovejero alguno, les proporcionaba comida en abundancia, sobre todo pan y azúcar pero también alimentos saludables como hierbas, forraje y nabos, y sólo vestía los productos de su propio rebaño, a veces una piel de cuerpo entero de lana tejida. Había que verlo, casi como si él también fuese una oveja.
Así pues, todas tuvieron claro que en el mundo nunca había existido una criatura tan perfecta, y desde luego era una hermosa idea. Se oyeron algunos suspiros y después hicieron ademán de separarse, satisfechas de haber esclarecido todas las cuestiones pendientes.
Pero Miss Maple, que hasta ese momento no había tomado parte en la discusión, dijo:
—Entonces, ¿no queréis saber por qué ha muerto?
Sir Ritchfield la miró asombrado.
—Ha muerto por la pala. Tampoco tú habrías sobrevivido si te hubiese atravesado el cuerpo una cosa de hierro tan pesada. No es de extrañar que haya muerto. —El manso se estremeció un tanto.
— ¿Y de dónde ha salido la pala?
—Pues alguien se la clavó.
Para Sir Ritchfield el asunto estaba zanjado, pero Othello, el único carnero negro del rebaño, de repente mostró interés en el problema….
domingo, 15 de abril de 2012
MATAR A UN RUISEÑOR
La novela de la escritora estadounidense Harper Lee “To Hill a Mockingbird”, habla sobre el acto que supone matar ruiseñores que solo cantan y no hacen daño, matar animales indefensos en una cacería organizada, en concreto hermosos elefantes es como matar a un ruiseñor.
Dicen que hay gustos para todo, pero conocer la economía que gira entorno al sufrimiento de otro ser es algo que sorprende, no acostumbramos a entender ese otro mundo en el que cazadores de gran nivel económico pueden perseguir sus trofeos de caza entre animales que no se caracterizan por su agresividad, sino por todo lo contrario. (A la derecha elefante asiático pintando de la web: (http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=212)
La justificación de esta actividad es que al regular la caza de estos animales en peligro de extinción se dispone de ingresos que permiten preservar sus hábitat naturales, en lugares como Sudáfrica, Tanzania, Zimbabwe y Botswana, el dinero conseguido se puede invertir en perseguir la caza furtiva y conservar las tierras salvajes, por lo que la muerte preserva la vida.
Dicho esto ¿Quién querría privar de la vida a esos hermosos animales, previo pago y no por motivos de enriquecerse robando sus colmillos, sino por pura distracción deportiva?
La pregunta me recuerda los versos de Sor Juana Inés de la Cruz: “O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: el que peca por la paga o el paga por pecar?
Foto de la web: http://noticiasinmorales.blogspot.com.es/
jueves, 22 de marzo de 2012
RATÓN DE BIBLIOTECA
Antes a las personas que tenían apego a los libros se les denominaba ratones de biblioteca; sobre todo, en las nuevas generaciones, leer era considerado algo poco “divertido”, pasar tiempo en un lugar con un libro y no salir y vivir las posibles aventuras que la vida ofrece.
Sin embargo, leer es un privilegio que ahora esta extendido, pero que durante mucho tiempo fue posible solo para determinadas personas, en otras épocas solo los poderosos o determinadas clases sociales, como los religiosos, podían acceder a conocer la escritura y a los soportes en los que esta ha ido siendo plasmada.
Tener un libro frente a ti, es también una gran aventura, poder conocer otros pensamientos plasmados en ensayos, novelas, poesías…, que nos trasportan a viajes imposibles, nos desvelan secretos, proporcionan información y hasta nos hacen, a veces vibrar despertando sensaciones por simpatía con lo que narran, completa nuestra formación como parte de una organización social y nos hacen más sabios y mejores personas al conectarnos con la historia, conocimientos necesarios y otras culturas.
Por eso es muy bueno compartir lo que hemos leído con otras personas para interesarlos y avisarles de lo que se están perdiendo, animarles o disuadirles de indagar, leyéndolo también, en los libros que nosotros vamos descubriendo.
FLAVIA DE LOS EXTRAÑOS PODERES, NOVELA DE ALAN BRADLEY
El primer libro a comentar es una novela de aventuras, llama la atención además del título, la portada en la que aparece una niña con pinta de “zangolotina” o “repipi”, muy repeinada y algo “rarita”, creo que aciertan con dibujo, ya que, como todo, los libros también entran por los ojos y las portadas tienen mucha importancia.
El título original en inglés es The Sweetness at the Bottom of de Pie, en traducción libre “La guinda del pastel”, creo que menos afortunado que su traducción al castellano que dice más de la historia que gira alrededor de lo extraña que es Flavia, hasta en el nombre.
Esta niña de once años, vive en una casa con sus dos hermanas mayores, que la ignoran, y su padre que la mira sin verla dedicado a “sus cosas”, falta la madre que desapareció tiempo atrás en circunstancias extrañas.
Todo gira alrededor de su hobby: “le gusta la química”, conoce el sistema periódico por puro entretenimiento y sabe distinguir las características de los compuestos, lo que le va a permitir, por el olor y las reacciones, hacer las veces de un detective, cuando se produzca en su entorno un crimen inexplicable.
Extracto del libro, capítulo 1:
“El laboratorio del tío Tar había permanecido cerrado a cal y canto y se había mantenido intacto en un asfixiante silencio hasta que empezó a manifestarse lo que papá definió como mi «extraño talento», lo que me había permitido quedarme el laboratorio para mí sola.
Aún me estremecía de emoción cada vez que recordaba el lluvioso día de otoño en que la química apareció en mi vida.
Estaba yo escalando los estantes de la biblioteca, jugando a ser una célebre alpinista, cuando me resbaló un pie y tiré un voluminoso libro al suelo. Cuando lo recogí para alisar las arrugadas páginas, me di cuenta de que el libro en cuestión no sólo tenía palabras, sino también decenas de ilustraciones: en algunas de ellas se veían manos sin cuerpo que vertían líquidos en curiosos recipientes de cristal que más bien parecían instrumentos musicales de otro mundo.
El libro se titulaba Estudio elemental de química, y en cuestión de segundos aprendí de él que la palabra «yodo» procede de un término que significa «violado» y que «bromo» procede de una palabra griega que significa «fetidez». ¡Ésas eran las cosas que yo quería saber! Me metí el voluminoso libro rojo debajo del suéter y me lo llevé arriba. Sólo más tarde descubrí el nombre «H. de Luce» escrito en la guarda. El libro había pertenecido a Harriet.
No tardé mucho en dedicar cada minuto libre a estudiar minuciosamente aquellas páginas. Había noches, incluso, en que apenas podía esperar el momento de irme a la cama, pues el libro de Harriet se había convertido en mi amigo secreto.
En él se hablaba de los metales alcalinos, algunos de los cuales tenían nombres fabulosos, como litio o rubidio, y de los metales alcalinotérreos, como el estroncio, el bario y el radio. Aplaudí con entusiasmo al leer que el radio lo había descubierto una mujer, madame Curie. Y luego estaban los gases venenosos, como la fosfina (se ha demostrado que una simple burbuja tiene efectos letales), el peróxido de nitrógeno, el ácido hidrosulfúrico... La lista era interminable. Cuando descubrí que el libro proporcionaba instrucciones detalladas para formular dichos compuestos, subí hasta el séptimo cielo.
En cuanto conseguí entender las ecuaciones químicas del tipo K4FeC6N6 + 2 K = 6KCN + Fe (que describe lo que pasa cuando se calienta el prusiato amarillo de potasa con potasio para producir cianuro de potasio) se me abrió el universo entero. Fue como haber encontrado un libro de recetas que en otros tiempos hubiera pertenecido a la bruja del bosque.
Lo que más me intrigaba era haber descubierto que todo, toda la creación —¡de principio a fin!—, se mantenía unido gracias a enlaces químicos invisibles. Me produjo un extraño e inexplicable consuelo saber que en algún lugar, aunque en nuestro mundo no pudiéramos verlo, existía auténtica estabilidad.
Al principio no establecí la obvia conexión entre el libro y el laboratorio abandonado que había descubierto de niña. Pero cuando finalmente relacioné una y otra cosa, mi vida cobró vida..., si es que eso tiene sentido.
Allí, en el laboratorio del tío Tar, se hallaban perfectamente ordenados los libros de química que con tanto amor había ido recopilando. No tardé mucho en descubrir que, con un poco de esfuerzo por mi parte, la mayoría de ellos no me resultaban complicados. Pronto pasé a los experimentos sencillos, tratando de no olvidar nunca que debía seguir las instrucciones al pie de la letra. Huelga decir que provoqué unos cuantos hedores y explosiones, pero cuanto menos se hable de esa cuestión, mejor que mejor.
Con el tiempo, mis cuadernos de notas fueron cada vez más abultados. De hecho, mi trabajo se volvió más sofisticado cuando la química orgánica fue revelándome sus misterios, y sentí una gran alegría al descubrir que de la naturaleza podía extraerse mucho y con mucha facilidad. Mi mayor pasión era el veneno...”.
jueves, 8 de marzo de 2012
MARKETING, LA IMPORTANCIA DE LA IDENTIFICACIÓN DEL PRODUCTO
En publicidad el “poder” no lo tiene el que tiene la sartén por el mango, que es el productor, sino que está en el público que ha de comprar y consumir el producto, la idea con que asocie el producto el comprador es esencial, así el producto puede contaminarse con la fama de las personas relevantes de la empresa, como sus directivos o dueños, o con los hechos que puedan asociarse al producto.
Un ejemplo, el Diseñador de moda John Galliano, fue despedido fulminantemente de la empresa Dior, tras lanzar insultos antisemitas en público, la Compañía expresó que “condenaba totalmente las declaraciones de John Galliano, por ser totalmente contrarias a los valores que Christian Dior había defendido siempre”, desligándose así de la imagen negativa que podría haberla empañado por las declaraciones de alguien que hasta ese momento representaba a la empresa.
Otro caso le ocurrió a la marca de lujo Louis Vuitton que se enfrentó a un escándalo porque un descendiente del fundador, Patrick Louis Vuitton, fue sometido a juicio por cazar ilegalmente y con crueldad en los animales, la marca se excusó y quiso desligarse de la mala imagen que pudiera darles que la identificaran con estos hechos alegando que no se debía confundir la acción de una persona relacionada con su fundador con el prestigio de la empresa.
En la serie Mad Men que recrea la publicidad en las décadas 50 y 60, entre otros casos se trata el de una empresa que comercializa piensos para animales cuyo ingrediente principal es carne de caballo y que tras la película estadounidense The Misfits, dirigida por John Huston en 1961, en la que se denuncia la utilización de carne de poneys para estos fines, tuvo un revés al perder numerosas ventas en el mercado.
Los dueños de animales influidos por la película y concienciados y solidarizados con un destino cruel para los ponys no querían dar ese alimento a sus mascotas.
Es habitual la carne de caballo como componente de los piensos animales, pero el saberlo y que exista un hecho que nos haga tener una percepción negativa de ello, como la película aludida en la que Clark Gable interpreta a un vendedor de caballos para que sean sacrificados y se conviertan en comida para perros, puede dar una imagen muy perjudicial al producto, en el caso imaginario intentan cambiar el nombre del producto para que no sea identificado por los consumidores por su ingrediente principal.
Si hoy se produjera un hecho semejante muchas compañías percibirían el problema porque la base de sus piensos sigue siendo la carne de caballo como “Wolfsblut wide plain” o “Exclusión”
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